¿Cuándo es Jesús humilde? En el evangelio no hay reconocimiento de la culpa en su boca, ni cuando habla con los hombres, ni cuando habla con el Padre. Él, puede hasta decir dirigiéndose hacia sus adversarios ¿Quién de vosotros puede probar que soy un pecador? Se proclama el maestro y el señor. ¿Dónde está pues la humildad de Jesús?
1. La humildad no consiste principalmente en ser pequeño o pobre, porque uno puede ser insignificante y al mismo tiempo arrogante.
2. No consiste en sentirse pequeño y sin valor, esto puede ser un complejo de inferioridad o de una imagen de sí mismo depresiva.
3. No consiste en declararse pequeño, porque muchos expresan no valer nada sin creerse verdaderamente lo que dicen.
¿Qué es la humildad? Hacerse pequeño para amar y para servir, y para agrandar a los demás, así ha sido la humildad de Jesús.
Humilde es sólo Dios, porque en la posición en la que está, no puede encumbrarse por encima de sí, solo puede abajarse. Esto lo hace durante todo el tiempo, crea el mundo, se abaja, la historia de la salvación es la historia del descendimiento y de las humillaciones de Dios.
Esta idea le gustaba a san Francisco de Asís, quien solía exclamar “mirad, hermanos la humildad de Dios”, y vuelto hacia Dios decía: “Tú eres la humildad”.
La humildad es la verdad: la palabra hombre está relacionada con la palabra humildad. Las dos provienen del latín “humus” esto es suelo. El humilde es aquel que tiene los pies en la tierra, que no se engrandece por las alabanzas propias o de los demás. San Pablo dice a los Corintios: ¿Qué tienes que no hallas recibido? Y si lo has recibido ¿de qué te glorías?
La humildad no es natural. No nos gusta. Se dice que más del 75% del cuerpo es agua, pues del mismo modo, más del 75% del espíritu humano es orgullo y vanidad.
¿Debemos rebajarnos, renunciar a hacernos valer, aspirar a grandes cosas? No. Un día Jesús dijo a sus discípulos, si uno quiere ser primero, sea el último y el servidor de todos. Y también dijo, el hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar la vida por muchos. Es lícito querer ser el primero y sobresalir en la vida, pero ese sobresalir sobre los demás ha de ser sirviéndolos y amándolos y ayudándoles a crecer.
Humildad no significa por tanto dejarse pisotear, no reaccionar ante las injusticias, el verdadero humilde sabe igualmente luchar por la verdad, porque el mismo es libre.
Pequeño en el evangelio de hoy, no significa lo contrario de inteligente, sino lo contrario de soberbio, el evangelio no condena la sabiduría sino el orgullo.
¿A quién nos acercamos, al orgulloso o a la persona discreta humilde capaz d escuchar y callar?
El orgullo estropea las cosas más bellas. La inteligencia y la belleza física sin la modestia pierden su fascinación y exponen a la persona al ridículo.
Un medio para crecer en la. Humildad, es aceptar la corrección de los demás sin deprimirnos, sin contraatacar, puesto que no se llega a ser humilde sin la humillación.
· ¿Recordáis aquella historia que nos contó Jesús: la de un fariseo que estaba rezando con mucho orgullo? ¿Os acordáis de lo que le rezaba a Dios?: “Te doy gracias porque no soy como los demás” ...
· ¿Y os acordáis de las palabras que dirigía a Dios aquel pobre pecador, que estaba al fondo del templo, con el corazón arrepentido?: “Ten misericordia de mí, porque soy un pecador” ...
· ¿Qué enseñanzas sacaba Jesús con ese ejemplo?
A Jesús no le gusta el orgullo, ni la soberbia: hay gente que “se sobra”. Escuchad este pequeño cuento:
Había una vez un hombre que se dirigió a un sabio para que le diera consejos para la vida. Y empezó a hablar y hablar, con tantas explicaciones y tantas palabras, y tantos razonamientos, que el maestro terminó levantándose para ofrecerle una taza de café. Luego se lo fue sirviendo, llenando la taza con toda paz hasta el borde, de manera que el café comenzó a derramarse sobre el mantel, la mesa y el suelo. ¿Qué hace?, dijo el visitante. Miré usted – respondió el sabio-. Usted se parece a esta taza: está tan llena que no le cabe nada más. Tendrá que comenzar por vaciarse. Hasta entonces, yo no puedo darle ningún consejo, porque usted “se sobra” ...
• ¿Qué significa esta historia?
• ¿Quiénes son los “orgulloso” y quiénes son los “sencillos”?
• ¿Quiénes son los preferidos de Jesús?... (Los sencillos, los pobres, los necesitados. Jesús sabe que serán éstos los que reciban la Palabra sin sobrarse).
• Por eso, vamos a comparar esa historia con el evangelio, leyendo algunas de las frases más importantes:
– “Bendito seas, Padre, porque, si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos” – “Bendito seas, porque se las has revelado a la gente sencilla”
– “Aprended de mí, que soy sencillo y humilde”
• ¿Cuándo nos comportamos así?
1. La humildad no consiste principalmente en ser pequeño o pobre, porque uno puede ser insignificante y al mismo tiempo arrogante.
2. No consiste en sentirse pequeño y sin valor, esto puede ser un complejo de inferioridad o de una imagen de sí mismo depresiva.
3. No consiste en declararse pequeño, porque muchos expresan no valer nada sin creerse verdaderamente lo que dicen.
¿Qué es la humildad? Hacerse pequeño para amar y para servir, y para agrandar a los demás, así ha sido la humildad de Jesús.
Humilde es sólo Dios, porque en la posición en la que está, no puede encumbrarse por encima de sí, solo puede abajarse. Esto lo hace durante todo el tiempo, crea el mundo, se abaja, la historia de la salvación es la historia del descendimiento y de las humillaciones de Dios.
Esta idea le gustaba a san Francisco de Asís, quien solía exclamar “mirad, hermanos la humildad de Dios”, y vuelto hacia Dios decía: “Tú eres la humildad”.
La humildad es la verdad: la palabra hombre está relacionada con la palabra humildad. Las dos provienen del latín “humus” esto es suelo. El humilde es aquel que tiene los pies en la tierra, que no se engrandece por las alabanzas propias o de los demás. San Pablo dice a los Corintios: ¿Qué tienes que no hallas recibido? Y si lo has recibido ¿de qué te glorías?
La humildad no es natural. No nos gusta. Se dice que más del 75% del cuerpo es agua, pues del mismo modo, más del 75% del espíritu humano es orgullo y vanidad.
¿Debemos rebajarnos, renunciar a hacernos valer, aspirar a grandes cosas? No. Un día Jesús dijo a sus discípulos, si uno quiere ser primero, sea el último y el servidor de todos. Y también dijo, el hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar la vida por muchos. Es lícito querer ser el primero y sobresalir en la vida, pero ese sobresalir sobre los demás ha de ser sirviéndolos y amándolos y ayudándoles a crecer.
Humildad no significa por tanto dejarse pisotear, no reaccionar ante las injusticias, el verdadero humilde sabe igualmente luchar por la verdad, porque el mismo es libre.
Pequeño en el evangelio de hoy, no significa lo contrario de inteligente, sino lo contrario de soberbio, el evangelio no condena la sabiduría sino el orgullo.
¿A quién nos acercamos, al orgulloso o a la persona discreta humilde capaz d escuchar y callar?
El orgullo estropea las cosas más bellas. La inteligencia y la belleza física sin la modestia pierden su fascinación y exponen a la persona al ridículo.
Un medio para crecer en la. Humildad, es aceptar la corrección de los demás sin deprimirnos, sin contraatacar, puesto que no se llega a ser humilde sin la humillación.
· ¿Recordáis aquella historia que nos contó Jesús: la de un fariseo que estaba rezando con mucho orgullo? ¿Os acordáis de lo que le rezaba a Dios?: “Te doy gracias porque no soy como los demás” ...
· ¿Y os acordáis de las palabras que dirigía a Dios aquel pobre pecador, que estaba al fondo del templo, con el corazón arrepentido?: “Ten misericordia de mí, porque soy un pecador” ...
· ¿Qué enseñanzas sacaba Jesús con ese ejemplo?
A Jesús no le gusta el orgullo, ni la soberbia: hay gente que “se sobra”. Escuchad este pequeño cuento:
Había una vez un hombre que se dirigió a un sabio para que le diera consejos para la vida. Y empezó a hablar y hablar, con tantas explicaciones y tantas palabras, y tantos razonamientos, que el maestro terminó levantándose para ofrecerle una taza de café. Luego se lo fue sirviendo, llenando la taza con toda paz hasta el borde, de manera que el café comenzó a derramarse sobre el mantel, la mesa y el suelo. ¿Qué hace?, dijo el visitante. Miré usted – respondió el sabio-. Usted se parece a esta taza: está tan llena que no le cabe nada más. Tendrá que comenzar por vaciarse. Hasta entonces, yo no puedo darle ningún consejo, porque usted “se sobra” ...
• ¿Qué significa esta historia?
• ¿Quiénes son los “orgulloso” y quiénes son los “sencillos”?
• ¿Quiénes son los preferidos de Jesús?... (Los sencillos, los pobres, los necesitados. Jesús sabe que serán éstos los que reciban la Palabra sin sobrarse).
• Por eso, vamos a comparar esa historia con el evangelio, leyendo algunas de las frases más importantes:
– “Bendito seas, Padre, porque, si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos” – “Bendito seas, porque se las has revelado a la gente sencilla”
– “Aprended de mí, que soy sencillo y humilde”
• ¿Cuándo nos comportamos así?